Tuesday, December 6, 2011

La Habana Colonial en las Tarjetas Postales

Selección de algunas imágenes en las páginas de las Tarjetas Postales Cubanas en Guije.com que tratan con edificaciones y cosas de La Habana Colonial: No mejor ejemplo en las edificaciones que El Castillo de la Real Fuerza, La Habana Vieja, y entonces esxistían los vendedores ambulantes, como: El Lechero, El Vendedor de Ropa, El Vendedor de Flores, El Panadero, El Vendedor de Tabaco, El Vendedor de Frutas. “Durante los primeros años de la fundación de la ciudad de La Habana fue el Castillo de la Real Fuerza la principal defensa contra corsarios y filibusteros. Cuando las flotas de los tesoros se abastecían en La Habana para emprender su rumbo hacia Sevilla, era en este castillo donde se guardaban lo más valioso del cargamento.” “En 1519 la villa de San Cristóbal de La Habana ya se encontraba en la localidad presente. No tomaron dos décadas, en 1538, antes que la entonces villa fuera saqueada e incendiada por piratas franceses. Una par de años más tarde se terminaba una fortaleza a la que se le llamó La Fuerza de La Habana. Pero aquel fuerte tampoco sobrevivió mucho tiempo y en 1555 el corsario francés Jacques de Sores tomó y ocupó la villa. Por órdenes del rey se financió la nueva construcción con divisas “situadas” por el Virreinato de Nueva España, hoy México y países vecinos. Se empleó la mano de obra de esclavos africanos, los cuales eran rentados de sus dueños para ser usados en la construcción y otros fueron traídos desde Cartagena. También se obligaron a trabajar allí a todos los “vagabundos” de La Habana que no eran blancos y también a algunos prisioneros de guerra. Algunos indios de Guanabacoa prestaron sus servicios pero como voluntarios pagados. La obra comenzó a cargo de Bartolomé Sánchez y terminó bajo la dirección de Francisco de Calona”

“La ciudad de La Habana, ya asentada en su presente localidad, consistía de la sección que comprende entre el canal de la bahía y la presente Avenida de Bélgica y Avenida de las Misiones. Al cabo de los años se construyó una inmensa muralla, similar a la que aun existe en Cartajenas, Colombia, para proteger a los vecinos de la ciudad. Pero La Habana creció y creció y se empezaron a construir repartos fuera de esta zona. Eventualmente los barrios de extramuros llegaron a ser tan poblados como la zona interior y la muralla era sólo un estorbo porque tenía limitadas puertas por donde entrar o salir. Cuando se derrumbó la muralla ya la zona que había sido La Habana no era la más deseada para vivir. La población se fue mudando para residencias en los barrios nuevos y así la zona original permaneció sin muchas renovaciones. Este efecto lo hemos visto en todas las grandes ciudades, tanto de América Inglesa como Hispana, que hemos visitado, excepto Nuevo Orleans. En algunos lugares se han reconstruido meticulosamente, como en Quebec y una infinidad de ciudades en Estados Unidos, y son bellezas cuando son propiamente restauradas. La Habana Vieja restaurada sería muy bonita. Nuestra esperanza es que al menos no se haya derrumbado y que algún día fuera llevada a su esplendor de cuando no era tan vieja.”...

“Marcaba el calendario el año 1519 y era a la sazón Teniente Gobernador de la Isla don Diego Velázquez. El día 16 de noviembre, por indulto de la Silla Apostólica se celebró solemnemente la festividad de San Cristóbal, para evitar entorpecimientos en las fiestas de Santiago, Patrón de España y de la Isla. Fue entonces cuando para llevar a cabo la celebración de la Primera Misa y del Primer Cabildo se seleccionó una gran Ceiba debajo de la cual y como sirviendo de bóveda majestuosa se iniciaron las actividades eclesiásticas y civiles de la nueva agrupación humana. Corriendo el tiempo, en el año 1753 la Ceiba se esterilizó y siendo Gobernador Capitán General don Francisco Cagigal ordenó en 1755 que fuese cortada levantándose en el lugar una pirámide conmemorativa al mismo tiempo que se reemplazaba con otra ceiba que al morir más tarde fue sustituida por la que actualmente existe y que fue sembrada en 1828. Para perpetuar los hechos el General don Dionisio Vives el día 18 de mayo del mismo año 1828 inauguró él actual monumento conocido con el nombre de El Templete que, con sus severas líneas de estilo dórico, típico de los templos griegos, parece descubrir que en la mente de su autor se proyectaba la sombra del "Templo de Athenas en Egina". Adornan el interior de El Templete tres cuadros alegóricos. El central mide 6.69 metros de largo por 4.20 metros de alto y los dos laterales miden, cada uno, 3.43 metros de ancho por 4.20 metros de alto, habiendo ascendido el costo de los mismos, según las crónicas, a un total de 29,693 pesos con un real y medio. Avalora dichos cuadros la firma de su autor que es el pintor Juan Bautista Vermay, discípulo que fue del inmortal Goya y también contaba Medalla de Oro de París, entre sus trofeos.”...

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