Friday, February 4, 2011

La Campiña en las Tarjetas Postales Cubanas

Soroa

Otro centro de belleza natural y adaptaciones por la mano del hombre que tiene que ser mencionado es Soroa. Muchas son las ciudades, y aun más pintorescos los pueblitos, de gente noble y hospitalaria en Pinar del Río. Su sede de gobierno y principal ciudad, a la cual se le llama por el mismo nombre que a la provincia, Pinar del Río, es un centro metropolitano de edificaciones coloniales. Una ciudad como las que ya no se hacen.




El Arado y la yunta de bueyes

Al norte de Pinar del Río, Cuba, hay una cordillera, llamada Guaniguanico, que se extiende por casi toda la provincia. Esta cordillera es formada por tres sierras o grupos montañosos, los cuales se presentan en forma continua de este a oeste. De las tres, la Sierra del Rosario es la ubicada más al este y por tanto próxima a la provincia de La Habana. Las montañas que forman la Sierra del Rosario no son tan drásticas como las del resto de la cordillera, aun así, en algunas partes el relieve es bien impresionante, logrando buenas alturas y en ciertas ocasiones las laderas son relativamente verticales. El Pan de Guajaibón es la cima de esta sierra, el cual logra los 728 metros de altura. No es mucho comparado con otras elevaciones, pero cuando empezamos a medir desde el nivel del mar, como es el caso en esta sierra, sí es una altura de respetar.




El Desmochador en la palma

Es al sur de esa Sierra del Rosario donde se encuentran los Baños de Soroa, o como es usual llamarle, Soroa. Estos baños realmente son uno de los tantos rincones de esta cordillera, conde la naturaleza tropical de por sí hace del lugar un encanto terrenal; con razón vemos que en muchas de estas tarjetas le llamaban El Paraíso Encontrado. Es la brisa, la humedad, el canto de los pájaros o algo que tal vez no recordemos, que hacen de Soroa un lugar tan acogedor y apacible.



Del Azúcar y su proceso

Según el río Manantiales baja de las alturas de la sierra eventualmente llega a ese rincón que llamamos Soroa. Es allí, aun a unos 250 metros sobre el nivel del mar, donde el capricho de la montaña le niega al Manantiales continuar su curso de forma moderada y entonces se efectúa el famoso Salto de Soroa, o Saltón. Si lo comparamos con las cataratas del mundo, o aun con otros saltos como el Ángel en Venezuela, realmente no es mucho, pero no se le ocurra pararse debajo del chorro de agua en el Saltón porque no va hacer el cuento. Aunque no va a ser una experiencia del todo desagradable, porque el agua es de una temperatura fresca y totalmente cristalina. Más prudente sería darse un chapuzón, con mucho cuidado en las piedras no darse un resbalón, en la poceta formada por el Saltón.



De la Piña y su cosecha

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