Monday, February 21, 2011

Juan Gualberto Gómez Ferrer y el 24 de febrero de 1895


Juan Gualberto Gómez Ferrer

Notas tomadas del Juan Gualberto Gómez Ferrer en Guije.com: artículo lo encontramos en “Así Se Forja Una Nación” de la Bohemia del 11 de julio de 1954:


““El año de 1894 es de intensa actividad. La conspiración que desde los Estados Unidos dirige Martí reclama de Juan Gualberto Gómez mucho sigilo. A fines de ese año todo está listo aguardando por la orden de Martí. Pero en Fernandina naufragan muy nobles intenciones. Martí decide, antes de dar la orden del levantamiento, a pesar del fracaso de Fernandina, consultar a Juan Gualberto Gómez en Cuba. Este a su vez, consulta con los otros jefes provinciales y locales, reportando a Martí que fije la fecha. El 30 de enero José Martí, José María Rodríguez y Enrique Collazo redactan y suscriben la orden del levantamiento que remiten a Juan Gualberto Gómez a La Habana en un tabaco que trae el patriota Duque Estrada. Ya con la orden, Juan Gualberto Gómez convoca a los jefes inmediatos a una reunión en La Habana y a los que están más distantes les envía agentes que les notifiquen la decisión. El Domingo 24 de febrero de 1895 se producirá el alzamiento. Por su parte Juan Gualberto Gómez se ha comprometido con Pedro Betancourt a sublevarse con éste en Ibarra. El 23 sale de La Habana, escapándosele a la policía y dejando de concurrir a una invitación que para conversar en Palacio, le ha hecho el capitán general don Emilio Callejas. El 24 de febrero ya está en Ibarra. Solamente están allí López Coloma, Latapier y otros. Pedro Betancourt, detenido por los españoles, no puede llegar. Los soldados españoles marchan sobre Ibarra. Inmediatamente los sublevados abandonan el lugar dirigiéndose a Guayabal de Santa Elena donde permanecen hasta el 28 en que la Guardia Civil rodea el campamento mambí, lográndose escapar algunos, entre ellos Juan Gualberto Gómez, que se dirige entonces al ingenio "Vellocino", donde naciera en 1854. Su propietario es un buen amigo y puede protegerle. En efecto cuando se encuentran con el hacendado éste le informa de la prisión de Betancourt en Matanzas y su inmediata deportación, de la prisión de Sanguíly, Aguirre y Carrillo, en fin del fracaso. En aquella región ellos son los únicos sublevados. Insiste mucho en convencerlo para que se presente y hace aun más, trae a su presencia al teniente de la Guardia Civil Leoncio del Junco, que le aconseja se acojan al indulto ofrecido por el general Calleja. Imposible resistir. De hecho está perdido. Y entra en Sabanilla del Encomendador, su pueblo natal para rendirse. Una orden del Gobernador de Matanzas hace que le conduzcan a la capital de la provincia, donde es encerrado en el Castillo de San Severino. Allí se encuentra con López Coloma que también ha sido preso en el campo. El 2 de marzo es trasladado a La Habana. Juan Gualberto Gómez irá al castillo de El Morro, López Coloma a La Cabaña. El 15 de agosto de ese mismo año es juzgado y condenado a veinte años de prisión. El 3 de septiembre vuelve a embarcarse como deportado a España. Llega a Ceuta y es encerrado en el Castillo del Hacho, cargado de cadenas, en un calabozo inmundo, rapada la cabeza y sin comunicación. Un centinela se apiada de él y le saca una carta dirigida a Labra. La gestión de éste logra, una vez más, que le humanicen la prisión. Por de pronto le sacan del calabozo, le dejan escribir, le quitan las cadenas y le levantan la incomunicación. Allí permanece todo el año de 1896 hasta 1897 en que es trasladado a Cartagena.

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